Más de 25 años de mi vida los dediqué a colaborar con una compañía multinacional de productos de consumos masivos, 20 años de los cuales estuve en una posición gerencial de la Cadena de Abastecimiento. Guardo excelentes recuerdos de los logros de negocio alcanzados de la mano de los miembros de mi equipo, no sólo alcanzamos metas de manera diaria, sino también proyectos de corto y largo plazo que incluyeron la superación de muchos desafíos de negocio y del contexto país.  Adicionalmente, tuve la oportunidad de enriquecer mi vida profesional al conocer, trabajar y compartir con personas de diferentes culturas.

A pesar de las muchas satisfacciones que me generó los logros de mi equipo, comprendí que mi mayor gozo provenía de la energía, la felicidad y ese sentir de éxito que se generaba tras alcanzar esas metas/objetivos que al principio habíamos considerado imposibles de lograr. A lo largo del camino, reconocí que cada miembro de mi equipo tenía un gran potencial y que debían descubrir sus propias capacidades para mejorar sus habilidades. Fue realmente muy gratificante poder ayudar a cada uno a desarrollar sus fortalezas mediante el diálogo abierto y ameno, una retroalimentación constructiva, alentando la disciplina, ayudando a encontrar o identificar las posibles causas fundamentales de los problemas; muchas veces complejos, donde necesitaban más apoyo;  siempre manteniendo  el enfoque identificando las acciones claves y prioritarias  que tendrían un mejor y mayor impacto positivo en el negocio, seguido por un monitoreo del plan de acción.

La prioridad siempre fue alcanzar a ser tan exitoso como un equipo de alto rendimiento, creyendo que transformar lo aparentemente imposible, no estaba más allá de nosotros.

Mientras disfruté de este proceso y observé los resultados alcanzados, mi meta y pasión se volcaron a entrenarme para llegar a ser un coach profesional, para pulir mis habilidades y métodos y continuar desarrollando a otros.

Permítame describir mi pasión, lo que siento…todo se trata de cómo podemos descubrir y capturar ese motor, ese algo invisible que nos conduce internamente y potencializarlo en un viaje en constante desarrollo, en constante movimiento enriqueciéndolo al aprender sobre nosotros mismos, conquistando nuestros sueños y objetivos en la vida, manteniendo nuestra motivación y perseverancia a lo largo del viaje, superando las barreras que bloquean nuestro camino y liberando lo mejor de nosotros; y cuando digo lo mejor es realmente lo mejor de lo mejor que está adentro de nosotros, y que a veces no tomamos consciencia de ello.